miércoles, 7 de octubre de 2009

Cuando vivíamos en el ascensor…

Cuando vivíamos en el ascensor tenía que estar todo muy organizado. Éramos cuatro: papá, mamá, mi tato Javi y yo. Como no había mucho espacio, mamá siempre insistía en la importancia de hacer las cosas de uno en uno y despacio, sin sobresaltos. ¡¡No fuera a ser que nos quedáramos colgados entre dos pisos!! Esa posibilidad estresaba muchísimo a mamá, que siempre decía que tendría un ataque de claustrofobia si eso sucedía. Un día de invierno, nos trasladamos a un piso grande, de casi 30 metros. Ese día mamá dejó de tener claustrofobia, pero comenzó a quejarse de nuestro desorden enfermizo y de la cantidad de espacio que tenía que limpiar.

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