viernes, 18 de septiembre de 2009

La visita de las musas

Al igual que a otras muchas verdades de la vida, Sabina también le ha dedicado alguna de sus geniales letras a la inspiración y a la difícil relación que existe entre las musas y la felicidad. Así es. Cuando se está contento, alegre y relajado sólo se escriben pastelones ilegibles. Sin embargo, es convertirse en un desgraciado y parece que el boli se deslice sólo por el papel (este es un guiño nostálgico a los que a veces echamos de menos emborronar el papel de tinta y de lágrimas de desconsuelo). Bueno, al menos ser un poco desgraciado sirve para algo, no? Rizando el rizo tal vez sea ésa la razón por la cual tantos grandes escritores y poetas (románticos, claro) han acabando suicidándose... Claro, escribían de puta madre, pero por qué? Pues por eso amigos, porque eran unos desgraciados. Y es que ya se sabe que no hay nada que despierte tanto la inspiración como el mal de amores.

A mí de hecho me funciona!! Mis etapas de barbecho literario han coincidido misteriosamente con mis etapas de mayor estabilidad y bienestar emocional. No es ninguna casualidad!! De hecho, os voy a confesar una cosa: ahora me siento bastante desgraciada en la vida, pero lo hago únicamente para que este blog que nadie lee pueda convertirse un día en un best-seller!! Cuando eso suceda seré rica y feliz... eso sí, no volveré a escribir ni una palabra...

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